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No vivas para la vida fugaz

En el artículo anterior… «¿De que sirve afanarse? Aprendimos qué los afanes y preocupaciónes nos roban la vida sin aportar ninguna ayuda ni solución.

Vivir una vida fugaz es el pequeño lapso de tiempo que todos vivimos en este mundo pero sin Cristo. Una vida llena de egoísmo, ambición, avaricia e ignorancia todo esto que es fruto del pecado cuyo fin es para apartarnos de Dios y de la vida abundante que El ha prometido a todo aquel que cree en Jesucristo como su Salvador.

Jesús dijo… «El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.»
S. Juan 10:10 RVR1960

La Palabra de Dios es veraz y es la guía por excelencia para una vida abundante aquí en la tierra que salta hacia la vida eterna.

La Palabra dice… «Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.» Romanos 8:18 RVR1960

Puede que tengamos que pasar abundancia o escasez, alegría o tristeza, pero nada será comparable con la gloria venidera y el reino eterno del Cordero de Dios.

Hay un refran bien certero que dice… «Vives mal en este mundo, si te olvidas del segundo.«

El Señor nos dice en su Palabra… «Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.» Isaías 65:17 RVR1960

Querido/a amigo/a; te invito a que heches mano de la vida abundante que El Señor preparó para todo aquel/lla que cree en su obra expiatoria en la cruz del calvario.

Jesús está deseando bendecirte, perdonarte y salvarte.

Si hoy decides creer y confiar en El, tendrás la seguridad de la salvación y serás libre de esa vida fugaz, de una vida sin sentido, sin esperanza y sin propósito.

Oración

Señor Jesús:

Hoy te pido que me ayudes a conocerte a través de tu Palabra, porque se que en ella se haya la vida eterna.

Gracias por la compañía y ayuda de tu Espíritu Santo.

Espíritu Santo gracias por fortaleceme y consolarme. Tu eres mi maestro y Señor.

Gracias por librarme de vivir una vida fugaz que carece de sentido y propósito.

Te bendigo, te alabo y te amo con todo mi corazón. En el nombre de Jesús. Amén.


Lecturas Recomendadas

Aprende a vivir con propósito leyendo el libro: «Una Vida con propósito» de Rick Warren

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